sábado, 23 de febrero de 2013

Pan de Aceitunas.



Ingredientes:
  • 500 gramos de harina de trigo.
  • Un bloque de levadura fresca de 25 gramos.
  • Una cucharada sopera de sal.
  • Una cucharada sopera  y media de miel.
  • Orégano.
  • Agua. Depende de la  que nos admita la harina, por lo que no podemos hablar de una cantidad fija, pero aproximadamente, a modo orientativo, viene a ser algo más de un vaso y medio.
  • 200 gramos  de aceitunas negras.
  • Un poco de harina de maíz.


Preparación:

Disolvemos el bloque de levadura con los dedos en un vaso de agua tibia con la miel para que se vaya activando, dejándola unos quince minutos.

Mientras tanto, vamos tamizando la harina en un bol, ponemos la  sal por encima y vamos picando las aceitunas, poniéndolas encima de la harina y añadimos orégano al gusto.

Vamos añadiendo el agua, en primer lugar, la que tenemos en el vaso donde hemos disuelto la levadura, y añadiendo poco a poco más agua a la vez que vamos amasando.

Cuando la masa no acepte más agua, seguimos amasando bien durante unos minutos, sacando la masa del bol y amasando sobre una tabla o sobre la encimera  ligeramente enharinada.

Hacemos una bola y la dejamos en un recipiente de barro engrasado, tapándolo con un trapo durante aproximadamente una hora y media en una habitación caliente, o en el horno a unos 40-50º C.

Cuando la masa ha fermentado y ha doblado su tamaño, sacamos la masa del recipiente con mucho cuidado para que no se desinfle, y hacemos una bola. La ponemos sobre la bandeja del horno con papel de hornear ligeramente enharinado con harina de maíz, hacemos un par de cortes superficiales con un cuchillo afilado y untamos la masa con aceite con la ayuda de un pincel. Dejamos que fermente durante unos cuarenta minutos más, esta vez sin taparla, en la propia bandeja del horno.

Mientras fermenta, precalentamos el horno a 200ºC. Metemos un recipiente con agua en la parte baja del horno y cuando llegue el momento, metemos la masa durante unos 45-50 minutos.

Sacamos el pan y lo dejamos reposar tapándolo con un trapo.



Una sugerencia: Cortar unas rebanadas de poco menos de un centímetro de grosor, tostadlas y acompañar de un tomate batido con aceite, vinagre sal y unos trocitos de mozarella de búfala por encima. Tampoco le hace ascos a un chorrito de miel por encima.

Bizcocho de limón.

Hoy os dejo todo un clásico: La receta del Bizcocho de yogur. Se trata de una receta sencillísima y muy rápida con la que obtendréis unos resultados espectaculares sin esfuerzo.


Lo mejor de esta receta es que la medida es el vasito del yogur, por lo que es bastante difícil equivocarse en las cantidades.



Ingredientes:
  • Un yogur de limón. (Nos quedamos con el Vasito, que  utilizaremos de medida).
  • Tres vasitos de harina.
  • Dos vasitos de Azúcar.
  • Un vasito de aceite.
  • Tres huevos.
  • Un sobre y medio de levadura.
  • La ralladura de un limón.
  • Dos cucharaditas de zumo de limón.



Preparación:

En un bol batimos los huevos, añadimos el yogur y lo batimos bien hasta que quede bien mezclado.

Añadimos el azúcar. (Si no queremos que esté tan dulce, podemos añadir un vasito y medio, o incluso únicamente uno, pero siempre bajo vuestra responsabilidad).

Añadimos la harina, tamizándola bien, y sobre la harina, añadimos la levadura, la ralladura de limón, el zumo y el aceite. Es muy importante que no nos pasemos con el zumo, puesto que la acidez del limón altera la acción de la levadura y no subiría todo lo bien que debería. 

Mezclamos todo bien con la varilla  de la batidora hasta que nos quede una pasta homogénea.

En un molde más bien alto, engrasado y ligeramente enharinado para que el bizcocho no se pegue, vertemos la mezcla y lo metemos en el horno, previamente precalentado, a 180ºC durante unos 40 minutos aproximadamente.

Es importante no abrir la puerta del horno para que el bizcocho suba todo lo que debe. Sabremos que el bizcocho está listo cuando lo pinchemos con una aguja o con la punta de un cuchillo y éste salga limpio. 



martes, 12 de febrero de 2013

Filetes de Merluza al limón.


Esta es una receta sencillísima, muy rápida y fácil de hacer, muy recomendable para preparar una cena relámpago bastante sana y ligera.



Ingredientes  (Para 2 personas):
  • Tres filetes de merluza congelada sin piel ni espinas.
  • Una cebolla grande.
  • Un limón.
  • Pan rallado.
  • Perejil.
  • Aceite.
  • Sal.

Preparación:
-Se corta la cebolla en juliana, dejando las tiras bastante gorditas. Se ponen a pochar en aceite bien caliente hasta que se pongan transparentes. Justo antes de retirarlas del fuego, añadimos un poquito de sal y removemos bien.

-Ponemos la cebolla en una fuente para hornear. Lo ideal es que sea de barro, pero también sirve de cristal.
-Sobre la cebolla colocamos los filetes de merluza sin descongelar y espolvoreamos un poco de pan rallado por encima. Vertemos un chorrito de aceite de Oliva sobre el pescado y lo metemos la fuente en la parte central del horno precalentado a 220ºC. Lo dejamos unos 20 minutos.

-Exprimimos el zumo del limón y en un vasito lo mezclamos con un poco de perejil para verterlo sobre los filetes de merluza y lo dejamos en el horno a esa temperatura otros diez minutos mas o hasta que se doren los filetes.

-Se saca del horno, se sirve y a comer. 

sábado, 9 de febrero de 2013

Patatas con bechamel.



Este es uno de esos platos que te tienes que currar durante  uno de esos días  en los que tienes que  preparar la comida y no tienes demasiadas ganas de calentarte la cabeza. Se trata de un plato hiperfácil, hipersimple, pero ojo, también hipercalórico, pese a que la bechamel la he intentado hacer bastante ligera.


Ingredientes (para 8 personas).

-5 o 6 patatas más bien grandes.
-Dos cebollas hermosas.
-Aceite y sal.
-Un paquete de queso rallado.

Para la Bechamel:

-1,5 litros de leche.
-90 gramos de mantequilla.
-90 gramos de harina  de trigo.
-Sal-
-Nuez moscada.

-Lo primero es pelar y cortar las patatas como si fuésemos  a hacer tortilla de patatas (Buscando el tipo de corte en internet para hacerme pasar por  alguien culto, he encontrado que los que entienden de cocina llaman patatas chips a este tipo de patatas cuando tienen un grosor de un milímetro, y de tipo Ana si tiene tres milímetros de Grosor. Visto el vacío legal que existe entre el formato de patata con un milímetro y tres, diré que las cortéis como os de la gana, pero cortadlas bien e intentad no cortaros nada vosotros).

-Con las dos cebollas, igual, se pelan y se cortan en Juliana (este tipo de corte ni me he preocupado en buscarlo, porque al final voy a tener que contratar un bufete de abogados para saber a qué tipo de corte corresponde el que yo hago).

-Con el aceite bien caliente, echamos la cebolla y movemos bien, y en unos minutos añadimos las patatas, y las vamos moviendo de vez en cuando hasta que se frían bien. Cuando estén casi fritas le añadimos un poco de sal.

-Cuando las patatas se hayan frito, las sacamos de la sartén con una espumadera y las colocamos en una fuente para hornear que sea más bien alta. (Yo las aplasto bien para que la cosa se vuelva consistente, porque de lo contrario corremos el riesgo de que al servirlas, se desmoronen).

-Dejamos apartada la fuente con las patatas y preparamos la bechamel. Para ello, en un cazo ponemos a calentar la leche hasta que hierva. Mientras tanto, derretimos la mantequilla en una sartén profunda. Cuando la mantequilla esté completamente derretida, añadimos la harina para que se cueza, para lo cual removeremos de forma enérgica con una paleta de madera, para evitar que se nos queme. Este paso es importantísimo y hay que tener mucha paciencia, ya que de él depende que la bechamel sea un éxito o un fracaso, porque si nos queda la harina cruda, la bechamel, y por ende, el plato, no se lo querrá comer ni el tato.

-Cuando la harina esté bien cocida, añadimos la leche, que a estas alturas debería estar hirviendo, o  a punto de romper a hervir. Ayudándonos de una varilla de batir vamos moviendo enérgicamente para ir deshaciendo los grumos. (No os asustéis si la cosa adquiere un aspecto un poco escatológico al principio, que es normal, al final, trabajando bien  la bechamel, la cosa queda perfecta).

-Cuando empiecen a aparecer las primeras burbujas, es el momento de añadirle la sal y la nuez moscada… y seguir moviendo hasta que estemos a punto de estampar la sartén contra la pared… pero no, seguid moviendo, que ya queda poco… vosotros seguid moviendo hasta que espese a nuestro gusto.

-Cubrimos las patatas que teníamos en la fuente con la bechamel  y a continuación ponemos encima el queso rallado. La fuente, según está, la  llevamos al grill, donde la dejaremos de 6 a 10 minutos dependiendo de la potencia que tenga el grill. (Estad pendientes que algunos hornos abrasan con el grill, que yo sé de uno que fue a hacer picatostes y le salieron Scotch-Brite).

-A comer!!!  Qué aproveche!

SUGERENCIAS
  1. Si no queréis pasaros media hora luchando con la bechamel, podéis hacerla con 20-25 gramos mas de harina y de mantequilla, teniendo en cuenta que lo que ahorraréis en tiempo, lo gastaréis en quemar las calorías extras que le estaréis metiendo.
  2. Si cortáis unas salchichas en trocitos y las ponéis entre la patata y la bechamel, pasándolas por la plancha previamente, la cosa está todavía mas rica.

En el Blanco.




Las sienes le latían cada vez más intensamente. Había llegado el momento. Cogió un par de aspirinas y las masticó dejando que su intenso sabor amargo le inundara la boca, cerró los ojos unos segundos, tomó un largo trago de Vodka y dejó la botella junto al desgastado cuaderno y los dos dados, sobre la caja de cartón, que hacía las veces de mesilla.  Respiró hondo, se levantó, apagó la vela y salió a la terraza del sucio y abandonado ático donde le había tocado pasar la noche.

El aire fresco le ayudaba a despejarse y centrarse en su tarea. Los años no pasaban en balde, y la mala alimentación no le ayudaba a concentrarse. Llevaba más de diez años viviendo en la calle, y ya habían pasado mas de quince desde que tirase los dados por primera vez.

Había llegado el momento de observar.

Bajo la tenue  luz de las farolas, vio pasar a una pareja de enamorados cogidos de la cintura. Él, vestido con un traje oscuro, iba metiendo la mano bajo el escueto vestido rojo que apenas tapaba el cuerpo de la mujer que lo acompañaba. Por la forma de caminar, con un ligero vaivén, parecía que acababan de salir de una fiesta. Cada diez metros, paraban su tambaleante caminar para besarse, hasta que se perdieron entre las desérticas calles.

Siguió observando, y esta vez su atención recayó sobre una anciana que, con paso vacilante, había salido a pasear a su perro. La anciana llevaba un fino jersey negro, a juego con una falda de la que salían un par de alambres arqueados recubiertos de piel seca, y terminadas en un par de zapatillas de andar por casa, también negras, completando el riguroso luto. El perro olfateó algo, ladró un par de veces a un gato que pasó como un relámpago cruzándose con ellos, y pegó un par de tirones de la correa guiando a su dueña hacia otra calle.

Poco después, a lo lejos, apareció una figura vestida con ropa blanca. A través del visor, vió que se trataba de una joven y preciosa rubia haciendo runing. Llevaba unas mayas ajustadas de color blanco, a juego con el minúsculo top que realzaban unos senos firmes que eran la culminación de una figura esculpida a base de muchas horas de ejercicio.

Respiró hondo y su dedo índice acarició el frío metal hasta que un sonido seco perforó la noche.

La bala entró limpiamente entre dos costillas y perforó el corazón con precisión de cirujano, para salir por la espalda en una explosión de sangre y hueso. La chica retrocedió un par de metros por el impacto, y su cuerpo rodó por el suelo, para quedar tendida en el suelo, con la mirada perdida en el limbo que hay entre la vida y la muerte, hasta que sus ojos se perdieron en la oscuridad.

En pocos minutos, los primeros sonidos de sirena empezaron a escucharse, y las luces rojas de la ambulancia del SAMUR bañaron la calle con su acompasada danza.

Tras certificar la muerte de la corredora, y mientras los sanitarios aguardaban pacientemente la llegada de la policía, una chica se acercó y comenzó a hacer fotos con su smartphone blanco, a juego con su indumentaria. Los sanitarios se encararon con ella, pero el flash del teléfono no paraba de dar fogonazos, una y otra vez.

Un sonido seco precedió a un nuevo fogonazo, esta vez, proveniente de la muchacha, cuya cabeza desapareció parcialmente, tras un estallido que empapó a la pareja del SAMUR, los cuales, completamente  cubiertos de sangre y fragmentos de carne, subieron en la ambulancia y huyeron despavoridos alejándose del lugar para intentar ponerse a salvo.

Contempló su obra y con suma tranquilidad, desmontó el rifle, lo guardó en la vieja funda y entró de nuevo en la habitación para dejarlo junto al macuto que tenía junto a la puerta, preparado para marcharse. Se quedó en pie, mirando pensativo a los dados. Esos malditos dados que parecían devolverle la mirada una y otra vez, de forma desafiante. El de colores con su cara blanca y deslumbrante mirándole de forma cegadora, y el otro con dos puntos negros que le observaban de forma acusadora. Se había jurado a si mismo cientos de veces que no volvería a jugar... casi las mismas veces que había roto esa promesa. Cogió ambos dados y cerró el puño con fuerza e hizo amago de tirarlos por la ventana, pero en lugar  de eso, los volvió a tirar sobre la mesilla.

Esta vez salió el negro y un seis...

viernes, 8 de febrero de 2013

Pastel mixto con calabacín.

Hola a todos, hoy os traigo una nueva receta, muy fácil de hacer y que está riquísima según los últimos comensales. Se trata de una receta que en su día me pasó vía Twitter el Gran Nicolás (@magnetadas), un tío grande en todos los aspectos, al que pido disculpas públicamente y de antemano, ya que a la fórmula original que me envió, le he hecho algunas modificaciones, pues la receta original llevaba tomate frito, y como no soy demasiado tomatero, lo he sustituido por Jamón York y Huevo batido. 

Un apunte modo de avisto... aunque en la receta pongo que es para dos personas, sobró un buen pedazo, así que podría ser para tres personas que no tengan demasiada hambre, o para cuatro o cinco si se sirve como acompañamiento de otro plato mas.

Y ya para terminar,quiero pedir disculpas si las fotos que cuelgo hieren las sensibilidades de algún que otro lector. Acepto las críticas que me hagáis de buen grado, pero es que soy demasiado vago para ponerme a hacer fotos mas profesionales a los platos, así que, siguiendo los consejos de Laura, me limitaré a quitarle los filtros del Instagram, a ver si así consigo que los platos tengan un aspecto mas apetecible, y si no, os invito a que preparéis vosotros las recetas,me enviéis las fotos y ya me encargo yo de plagiarlas... eso si, no os voy a pagar ni un duro, que lo sepáis, que está la cosa muy malita. (Lo siento, Laura, pero no me ha salido ninguna composición que se parezca en algo a algún personaje Disney... eso te lo dejo a ti, que eres toda una maestra del noble arte del emplatado).



Ingredientes (Para 2 personas):
  • 200 gramos de queso Havarti en lonchas.
  • 200 gramos de Jamón york.
  • Un calabacín grande o dos medianos.
  • Cuatro huevos.
  • Queso rallado opcional.


Preparación:
-Pelamos el calabacín y lo cortamos en rodajas muy finitas. Lo ponemos en un cuenco y le añadimos un buen puñado de sal. Lo mezclamos todo bien con los dedos y cuando empiece a “sudar”, lo limpiamos bien bajo el grifo y lo escurrimos muy bien. Con esto le vamos a quitar el punto amargo que puede aportar el calabacín a nuestros platos.

-Hacemos  el calabacín a la plancha, vuelta y vuelta,y  para que pierda la humedad que le quede, lo dejamos reposando en papel de cocina .

-Con el calabacín preparado, en una fuente de cristal para hornear vamos a ir poniendo capas. La primera capa de rodajas de calabacín, la segunda con el jamón york en trocitos, después otra capa con el queso Havarti, otra encima de calabacín, de nuevo una capa de jamón york y otra de queso, y así hasta que agotemos los recursos. El número de capas depende del tamaño del recipiente que vayamos a utilizar. La última capa debe ser de calabacín.

-Batimos los huevos y los echamos por encima, moviendo ligeramente la fuente para ayudar a que el huevo llegue a empapar bien todas las capas.

-Con el horno precalentado, metemos la fuente durante 35-45 minutos a 180ºC. Después del horneado, añadiremos el queso rallado por encima y le damos un golpe con el grill, si lo queremos gratinado, o, como hago yo, que no soy mucho de gratinar, añadimos un par de lonchas mas de Havarti por encima antes de meterlo al horno, para que queden fundidas durante el horneado.

- A comer con cuidado de no quemarse. Buen provecho.

domingo, 3 de febrero de 2013

Solomillo de cerdo a la reducción del Pedro Ximenex.


Ingredientes para 3-4  personas:
  • Un Solomillo de cerdo mas bien grande.
  • Dos cebollas grandes.
  • Un vaso de tubo de Caldo de pollo.
  • Medio vaso de tubo de vino Pedro Ximenex.
  • Una cucharada sopera de harina.
  • Aceite, Sal y Pimienta.

Preparación:
Lo primero que haremos es cortar las cebollas en juliana (tiras) y ponerlas en una sartén con aceite muy caliente para pocharlas. La sartén debe ser bastante grande y alta, ya que va a ser donde vamos a cocinar los solomillos y la salsa.

Mientras se pocha la cebolla, en otra sartén con un poco de aceite vamos a ir dorando el solomillo, el cual previamente habremos fileteado y salpimentado al gusto. (Yo hice diez filetitos con el mío, pero eso ya depende de  lo gordito que los queráis). Se trata de hacerlos vuelta y vuelta para que se doren un poquito.


Cuando hayamos dorado la última tanda de filetes, apartamos la sartén de fuego y con cuidado le añadimos el Pedro Ximenex, removiendo bien con una espátula de madera para que toda la sustancia que ha soltado la carne se nos mezcle bien con el  vino, para ello lo colocamos otra vez al fuego durante un minuto sin dejar de remover y a continuación lo dejamos apartado.


A estas alturas, las cebollas deberían estar ya casi transparentes, por lo que es el momento de añadir la cucharada de harina, removiendo enérgicamente para que se fría bien, sin que llegue a quemarse.

Cuando la harina esté bien frita, es el momento de añadirle el Pedro Ximenex que teníamos apartado en la otra sartén, removiendo bien para que se mezcle todo de forma homogénea.

Cuando tengamos una consistencia parecida al jarabe, añadiremos el caldo de pollo y removeremos bien durante un minuto.

A continuación añadimos los solomillos, dejándolos tapados con la salsa para que se vayan terminando de hacer.


En una media hora a fuego medio,  la salsa debería haber reducido lo suficiente, pero se puede dejar mas tiempo, removiendo bien de vez en cuando, teniendo especial cuidado de que no se pegue al fondo de la sartén.

Servir bien caliente y que aproveche.

Como es un plato con una salsa deliciosa, de esos que parecen estar hechos para mojar pan, se recomienda acompañar con el pan blanco crujiente.


Consejo: Si no le hacéis ascos a las pasas (dejándolas en agua unas dos horas antes de utilizarlas tras escurrirlas muy bien), con este plato pegan muy bien, al igual que las ciruelas y los orejones de albaricoque, y el momento de añadirlos es a la par que el caldo de pollo, pero debéis tener en cuenta que el Pedro Ximenex es un vino muy dulce y los frutos de los que estamos hablando, también lo son, por lo que  el aporte calórico que va a tener  este plato va a ser bastante considerable.

sábado, 2 de febrero de 2013

Tarta de cuajada y sobaos.




Ingredientes
  • Medio litro de leche.
  • Medio litro de nata líquida ligera.
  • Cinco cucharadas soperas de azúcar.
  • Caramelo líquido.
  • Un paquete de sobaos pequeños. (16 unidades)
  • Dos sobres de cuajada Royal.


Preparación

Primero vamos a coger un molde de unos cinco centímetros de altura, preferiblemente cuadrado, teniendo  en cuenta que deben cabernos todos los sobaos del paquete, formando una capa. 

Cubriremos el fondo del molde con el caramelo líquido formando una fina capa, sobre la cual pegaremos los sobaos. Para que queden mejor, se les puede quitar la parte mas tostada, pero no es imprescindible.

Reservando medio vaso de leche, ponemos a cocer la nata, el resto de la leche y el azúcar, a fuego lento hasta que empiece a hervir.

Por otro lado, en la leche que hemos reservado, si está caliente, mucho mejor, vamos a disolver bien los dos sobres de cuajada sin que queden grumos.

Cuando la leche y la nata empiecen a hervir, lo apartamos del fuego, le añadimos la leche con la cuajada, y sin dejar de remover, lo volvemos a poner al fuego hasta que vuelva a hervir de nuevo.

Con mucho cuidado, vamos a verter la mezcla en el recipiente con los sobaos. Para que no se despeguen del fondo de forma brusca (tarde o temprano acabarán separándose, así que no os preocupéis, que es normal), podemos usar una cuchara invertida para que el chorro no caiga tan bruscamente sobre los sobaos.

Ahora dejamos que la tarta se enfríe a temperatura ambiente durante tres o cuatro horas antes de meterla en la nevera.

Una vez fría, podemos desmoldarla sobre una bandeja o servirla directamente desde el molde, teniendo en cuenta que queda mucho más bonita si se desmolda, ya que no se ven las panzas de los sobaos.