Ingredientes:
- 500 gramos de harina de trigo.
- Un bloque de levadura fresca de 25 gramos.
- Una cucharada sopera de sal.
- Una cucharada sopera y media de miel.
- Orégano.
- Agua. Depende de la que nos admita la harina, por lo que no podemos hablar de una cantidad fija, pero aproximadamente, a modo orientativo, viene a ser algo más de un vaso y medio.
- 200 gramos de aceitunas negras.
- Un poco de harina de maíz.
Preparación:
Disolvemos el bloque de levadura con los dedos en un vaso de
agua tibia con la miel para que se vaya activando, dejándola unos quince
minutos.
Mientras tanto, vamos tamizando la harina en un bol, ponemos
la sal por encima y vamos picando las
aceitunas, poniéndolas encima de la harina y añadimos orégano al gusto.
Vamos añadiendo el agua, en primer lugar, la que tenemos en
el vaso donde hemos disuelto la levadura, y añadiendo poco a poco más agua a la
vez que vamos amasando.
Cuando la masa no acepte más agua, seguimos amasando bien
durante unos minutos, sacando la masa del bol y amasando sobre una tabla o
sobre la encimera ligeramente enharinada.
Hacemos una bola y la dejamos en un recipiente de barro
engrasado, tapándolo con un trapo durante aproximadamente una hora y media en
una habitación caliente, o en el horno a unos 40-50º C.
Cuando
la masa ha fermentado y ha doblado su tamaño, sacamos la masa del recipiente
con mucho cuidado para que no se desinfle, y hacemos una bola. La ponemos sobre
la bandeja del horno con papel de hornear ligeramente enharinado con harina de
maíz, hacemos un par de cortes superficiales con un cuchillo afilado y untamos
la masa con aceite con la ayuda de un pincel. Dejamos que fermente durante unos
cuarenta minutos más, esta vez sin taparla, en la propia bandeja del horno.
Mientras fermenta, precalentamos el horno a 200ºC. Metemos
un recipiente con agua en la parte baja del horno y cuando llegue el momento,
metemos la masa durante unos 45-50 minutos.
Sacamos el pan y lo dejamos reposar tapándolo con un trapo.
Una sugerencia: Cortar unas rebanadas de poco menos de un centímetro de grosor, tostadlas y acompañar de un tomate batido con aceite, vinagre sal y unos trocitos de mozarella de búfala por encima. Tampoco le hace ascos a un chorrito de miel por encima.