martes, 29 de marzo de 2016

Nuestra canción.



El agónico sonido del despertador rompió el silencio de la madrugada cuando habían pasado apenas cinco horas de la medianoche.

Laura se desperezó lentamente, mientras un gruñido ininteligible brotaba de su maltrecha garganta a modo de queja mientras lo apagaba, y estiró el brazo, sólo para abrazar el vacío que había a su lado, lo que le hizo caer en la cuenta de que él ya no estaba.

No se había hecho a idea de que no volvería jamás, y todas las mañanas seguía despertando llevándose esa pequeña decepción, tras haber pasado la noche soñando con que aún seguían juntos.

Con que él seguía vivo.

Esa mañana se había obligado a volver a la rutina diaria, tras una baja obligada por la muerte de Edu. Fernando, su compañero desde hacía casi diez años, había decidido que la dirección comercial de la cadena de peluquerías Look&Stile podría pasar sin sus servicios hasta que se hubiese repuesto del mazazo, y así se lo planteó el mismo día del fatídico suceso.

Las lágrimas comenzaron de nuevo a aflorar en sus ojos, pero esta vez no las dejó salir. Encendió la lamparita de su mesilla de noche y la débil luz envolvió la pequeña y acogedora estancia que se encontraba inundada por un agobiante silencio.

Se dirigió a la cocina para poner en marcha el tostador e ir preparándose el desayuno. Mientras lo hacía, encendió la radio, pues tanto silencio le generaba una sensación de angustia y miedo que no era capaz de soportar.

En ese momento se quedó sin aliento, pues sonaba Falling into you de Celin Dion, una canción que llevaba muchos años sin escuchar en la radio, y más teniendo en cuenta que en el programa que normalmente ocupaba esa franja horaria en ese dial, no solía escucharse música de ningún tipo.

Era la canción con la que Edu y ella se conocieron en la discoteca donde se unieron sus cuerpos por primera vez, canción que, desde ese día, pasó a ser su himno.

La canción sonó durante unos segundos más para dar paso a varios anuncios de publicidad y al parte meteorológico, que pronosticaba un día soleado y con altas temperaturas para la época del año en la que se encontraban.

Laura acabó de desayunar justo en el momento en el que el boletín informativo narraba la última hora de un atentado yihaidista que se había producido en Irak, por lo que antes que el tormento continuara y antes de volverá revivir los recuerdos del día en el que un fanático le arrancó lo que más quería, desenchufó la radio con furia y se dirigió al baño para que la ducha le limpiase el mar de lágrimas que amenazaba con anegar su alma.

Se quitó el pijama y observó el reflejo de su cuerpo desnudo durante unos segundos, ese cuerpo que tantas veces habían recorrido las mágicas manos de Eduardo y que ahora sehabía quedado huérfano. Era increíble el peso que había perdido en tan poco tiempo. Apartó la mirada de forma brusca y entró en la ducha. Reguló la temperatura a su gusto, y cuando el agua estuvo lo suficientemente caliente, casi quemando, se dejó envolver por su ardiente abrazo.

Sin embargo, la sensación que tuvo no fue la esperada, pues pese a que el vapor delataba la calidez del agua, sintió una sensación gélida cuando el agua envolvió su cuerpo.

Sacó la cabeza del chorro del agua y tardó un par de segundos en darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Desde la cocina se escuchaba la radio que había apagado hacía sólo unos instantes, y volvía a sonar la canción con la que tantas veces se había cobijado entre los brazos de Edu.

Las luces del baño se apagaron y sumieron todo en la más absoluta oscuridad.

Salió de la ducha empapada, se envolvió en la toalla y pulsó el interruptor de la luz varias veces, hasta que, al igual que se había marchado, la luz volvió.

Se acercó a la cocina y comprobó que la radio seguía desenchufada.

Tras dirigirse de nuevo a la ducha para aclararse el pelo, pensando que se estaba volviendo loca y que todo había sido fruto de su imaginación, de nuevo la misma sensación gélida  y de nuevo la oscuridad.

Cerró el grifo y volvió a escuchar la misma melodía que antes, pero esta vez se repetía una y otra vez la misma estrofa, como si de un disco rallado se tratase:

“I'm falling into you
This dream could come true
And it feels so good falling into you”

Sonaba una y otra vez, se escuchaba un chasquido y otra vez volvía a sonar la misma estrofa.

Esta vez las luces no se encendieron.

-¿E...Edu?- Alcanzó a decir. Un chisporroteo final en la radio seguido de un absoluto silencio la heló la sangre.

-Edu... ¿e...estás aquí?- De repente las luces se encendieron de forma oscilante, como si fuesen velas acariciadas por el viento, pero ese detalle pasó inadvertido a Laura, que tenía todas su atención puesta sobre el espejo, que estaba cubierto de vaho.

Se quedó paralizada por el miedo, ya que en la parte inferior del espejo, muy tenuemente, se podían apreciar cuatro letras “H O L A”.

Laura retrocedió hasta que sus talones chocaron contra el borde de la ducha. –Edu, ¿eres tu?.- Preguntó de nuevo. Esta vez la ilusión había vencido al miedo. Estaba segura  que era él.

La luz osciló violentamente, se apagó unos segundos, y al volver a iluminar el baño, un nuevo mensaje apareció en el espejo “T E     E X T R A Ñ O”.

Con un grito ahogado se llevó las manos al pecho y con un torrente de lágrimas de emoción bañando sus mejillas contestó a la soledad -Yo...yo también a ti... no sabes cuanto. Ojala estuviéramos juntos.- Dijo entre lágrimas.

La luz se marchó de nuevo, y al volver entre violentas oscilaciones, un nuevo mensaje ocupaba el espejo en su totalidad: “¿ S E G U R O ?”

-¡Claro que si!- Contestó en ese mismo instante, sin ser consciente de que se le había comenzado a formar una fina capa de hielo sobre la piel, y la escarcha estaba empezando a teñir de blanco su melena morena.

Un nuevo crepitar de luces, acompañado esta vez por un golpe seco  producido por el impacto del espejo sobre el encharcado suelo del baño.

La electricidad actuó rápido, y en una fracción de segundo, sin que Laura fuese consciente de lo que ocurría, el cable que conectaba las lámparas del espejo a la red eléctrica, utilizado los iones del agua que empapaba el suelo, llegó a sus pies descalzos, alcanzando su corazón y produciendo una parada cardiaca casi al instante.

Mientras el cuerpo de Laura convulsionaba y su pelo comenzaba a desprender una nube de vapor mientras se derretía la escarcha que se había formado, mientras soltaba su último aliento, pudo ver una silueta saliendo del hueco que hasta hacía unos segundos ocupaba el espejo.

Pero no era la silueta de Edu, como ella hubiese deseado, sino de un extraño demonio con atuendo de bufón, con dos cabezas, una de expresión triste y otra alegre, cortas patas y cinco brazos acabados en garras.


Con caminar lento y pesado llegó hasta Laura, la asió de una pierna y se dirigió hacia el lugar de donde había salido, al lugar donde se encontraría con Edu, aunque jamás se reconocerían.

Nota: Este relato es una revisión de mi relato "La Radio". He modificado algunas cosas y he corregido algunos errores. Agradeceré cualquier comentario que me hagáis para mejorarlo. Un saludo y muchas gracias por haber llegado hasta aquí.

Un Superman sin superpoderes.


Ayer, durante la proyección de la película 'Batman vs Superman: El amanecer de la justicia', hubo una escena que me hizo reflexionar bastante, hasta tal punto que estuve un rato sin prestarle atención a la película, pues estaba absorto con mis pensamientos.

Se trata de la escena en la que se van sucediendo hechos heróicos en los que Supermán iba ayudando a los habitantes de la tierra en una serie de catástrofes, algunas naturales, otras simples accidentes.

Y fue en ese momento cuando me vino a la cabeza mi padre.

Por si no os lo había comentado nunca, técnicamente mi padre es un Superhéroe, aunque sin superpoderes, pues mi padre es Guardia Civil.

Este año lo deja, tras más de 40 años dándolo todo, y cuando digo todo, se muy bien de lo que hablo, pues si algo he aprendido en mis 36 años de vida es que para ser Guardia Civil hay hay que sacrificarse, y mucho, y más si, como él, se es padre de dos hijos, si bien, como buen Superhéroe, necesita un compañero de fatigas, un hombro sobre el que apoyarse cuando las fuerzas flaquean, y que siempre esté a su lado. Mi madre.

A medida que iba avanzando la película e iba viendo como iba apareciendo gente contraria a Supermán, por el mero hecho de tener superpoderes y ser diferente a los demás, el paralelismo entre lo que iba produciéndose ante mis ojos y lo que llevo viendo desde que tengo uso de razón, se iba acrecentando, pues en no pocas ocasiones he tenido que escuchar comentarios muy dolorosos sobre el trabajo de mi padre.

Todo empezó una fría tarde de Febrero de 1980, el día que yo nací. Ese día, al igual que el día en el que nacería mi hermano, siete años después, mi padre estaba trabajando. En aquella época, no existían los permisos de paternidad, y algo tan normal como un permiso por lactancia, era inverosímil.

Pues bien, desde ese día hasta ahora, han cambiado muchas cosas, pero una de las pocas que ha permanecido inalterable desde entonces, ha sido mi padre y su trabajo, o más que su trabajo, sus hazañas.

Él no necesita llevar una capa roja y unos calzoncillos sobre unas mallas azules, para que, nada más verle, el afligido supiese que las cosas mejorarían, o para que la víctima comenzase a sentirse más tranquila.

Pero también representa el temor para los malhechores, y aunque jamás tuvo que levantarle la mano a ninguno de ellos, en cuanto él o alguno de sus compañeros aparecían en escena, pasaban del regocijo de sus fechorías, al temor.

Al igual que Superman, ha ayudado a gente perdida, ha rescatado de las llamas a imprudentes domingueros que, desoyendo las recomendaciones, han hecho su barbacoa en un pinar, ha evitado atracos y ha salvado vidas.

Por desgracia, también ha llegado demasiado tarde en muchas ocasiones, y ha mirado a la muerte a los ojos en más de una ocasión. Ha perdido a compañeros por el camino, pues, al contrario que Superman, estos superhéroes de andar por casa no tienen superpoderes.

El presupuesto de esta institución, en lugar de dotar a sus miembros con resistencia a las balas, capacidad de volar o telepatía,  sólo es capaz de otorgar valores como el Honor, la Lealtad, la Disciplina, o el Sacrificio, valores que representa Superman, y que a muchos pueden sonarle a perogrullo, o a simples palabras que suenan bien, pero que están ahí, y que son muy difíciles de explicar para alguien ajeno a la causa.

Guardando las distancias, me sentí reconfortado y orgulloso de mi padre, y cuando vi a Superman claudicar bajo la influencia de la Kriptonita, no pude más que pensar "Menudo pringao".

Muchas gracias por todo, papá. Espero saber estar a la altura.

Crítica: Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia.

Esta tarde he decidido enfrentarme a mis miedos, y me he acercado junto a mi novia a ver una película que me generaba muchísimos.

Había leído tantísimos comentarios negativos sobre esta película, que la ilusión que despertó en mi el anuncio del proyecto, pese a Ben Affleck, había desaparecido por completo para dar paso a eso, a un miedo atroz a la decepción.

Pero bueno, como para saber que algo no te gusta, lo mejor es comprobarlo por uno mismo, in extremis hemos optado por acercarnos a los cines Box del CC Cuadernillos, en Alcalá de Henares.

Pues bien, tras unos cuantos anuncios y un par de insulsos trailers, por fin ha empezado la película más esperada y más temida de los últimos tiempos. 153 minutos y se acabaría la incertidumbre.

Atención, a partir de aquí comento algún que otro detalle de esta película y su predecesora, El hombre de acero, por lo que si no has visto alguna de ellas, te aconsejo que no sigas leyendo.

Cuando un guión lo escriben dos guionistas tan diferentes como Chris Terrio (Argo) y David S. Goyer (Trilogía de Batman 2005-2012), no suele ser una buena señal, porque ¿hasta que punto el segundo guionista puede estar en mayor o menor medida influenciado por su predecesor?, y concretamente en el caso de esta película, nunca se sabe cual de los dos tiene raices venezolanas, lo cual ha dado lugar al culebrón que nos han metido entre mamporro y mamporro a lo largo dela cinta. Como punto positivo, decir que  bajo mi punto de vista, el guión pese a sus carencias, me ha parecido muy bien hilado.

Aunque a lo mejor el culpable de los defectos de la cinta no es tanto el equipo de guionistas, sino el director, Zack Snyder (300, El amanecerdelos muertos), que vuelve a cometer los mismos errores que en El hombre de acero, pues no sabe o no quiere darle a la película un ritmo mas dinámico y que hagan que el espectador no acabe mirando fugazmente el reloj para ver si queda mucho.

Pese a lo que he dicho hasta ahora, he de reconocer que la película me ha gustado y que por momentos he disfrutado como un enano. El problema es ese "por momentos", la falta de continuidad, esa forma de romper el ritmo de una película que podría haber sido épica, pero no deja de ser una más, muy bien hecha y con muy buenas interpretaciones, pero que no es, no de lejos, la mejor película de superhéroes de la historia.



En cuanto a los personajes principales, los que estuvieron en "El hombre de acero", siguen estando, incluido Kevin Kostner como Jonathan Kent. Henry Cavill hace un buen papel de Superman, pero que queda eclipsado por ese Batman que ha clavado Ben Affleck, que da la sensación que ha interpretado a mala leche como diciendo "ahora os jodéis, que lo voy a bordar" a todos los que dudamos de él.

Jeremy Irons me ha gustado mucho como Alfred, y no sabría decir con cual de los dos me quedo, si con este mayordomo, o el que interpretó Michael Caine en la anterior trilogía del caballero oscuro.

Por otro lado, el personaje interpretado por Gal Gadot (que yo creía que era el nombre del malo), y que había leido por todas partes que estaba metido con calzador, me ha parecido de lo más acertado, y una forma de introducir al personaje en el universo de La liga de la justicia, de lo más acertado, aparte de que es muy guapa la jodía.

La cruz del reparto está en Jesse Eisenberg, y no porque lo haya hecho mal, porque el papel de Lex Luthor Jockerizado lo borda, sino porque ese no es Lex Luthor, sino una mezcla entre el Jocker de Jack Nicholson y un adolescente de cualquier comedia americana.

Pues bien, con todos estos ingredientes, podríamos estar ante una obra épica, o ante un truño de proporciones bíblicas (por haberse estrenado en semana santa ante el miedo a competir con la próxima cinta de "El Capitán América", podría acercarse más a lo segundo).

Quizás haya ido al cine muy condicionado por las críticas que he leido, y por eso me he llevado la sorpresa que me he llevado, y nada más terminar he mirado a mi novia y nos hemos dicho casi a la vez "Joder, pues no es tan mala"... pero es que no es tan mala, a incluso tiene momentos verdaderamente brillantes, como es la introducción del resto de personajes de la liga de la justicia (Flash por partida doble, Acuaman y Cyborg, el cual se parecía increiblemente a Sam Worthinton), así como la escena en la que Batman va a rescatar a Martha Kent y se enfrenta a los veinte mercenarios a mamporro limpio acompañado de una de las mejores coreografías vistas hasta ahora en una película de superheroes, sin recurrir a los violentos giros de cámara a los que nos tienen acostumbrados en este género.

Los peor de la película quizás ha sido el ritmo, esas pesadillas recurrentes de Bruce Wayne o el "parad el mundo que voy a arrullar a Louis Lane un poquito" no ayudan para nada.

Lo dicho, una película entretenida que con un guión más dinámico y sin tantos altibajos hubiese conseguido gustar y divertir mucho más además de entretener.



En resumen:

Lo mejor:
- Ver el Batman de Miller y del universo de los videojuegos.
La presentación de Wonder Woman y del resto de miembros de la Liga de la justicia.
- El alarde de medios de la última media hora de la película.

Lo peor:
.La muerte de Superman, y ese eterno epílogo final, (esa tierrecita moviéndose sobre el ataud antes de los créditos en plan "¡Ojo, que sigo vivo!"... pufff).
-Los cortes y la falta de ritmo.
-La manía de meter por querer demostrar que Superman antepone Louis Lane ante todo porque la quiere mucho y quieren demostrar que una buena película se Superheroes debe llevar un culebrón dentro.

Nota: 7/10.